En Crónica de una muerte anunciada, cuyo autor es Gabriel García Márquez, se cuenta que una joven de un pueblo de la costa del Caribe colombiano se casó con un forastero rico y éste la devolvió a sus padres por no haber llegado virgen al matrimonio. Los dos hermanos gemelos de la rechazada, después de saber por boca de ésta quién fue el que la sedujo, salen armados de sendos cuchillos a buscar al culpable. Tratan de que todo el pueblo, incluido el cura y el alcalde, sepa lo que van a hacer, buscando que alguien impida la venganza y, ante la imposibilidad de ejecutar al culpable, quede lavado el honor de la familia sin necesidad de matar al ofensor. Los vecinos, unos por no creer las bravatas de los dos hermanos y los más por no meterse en líos, no hacen nada por impedir aquella muerte anunciada y prácticamente obligan a los gemelos a ejecutarla.
La boda coincide con la visita del obispo que, a pesar de que se limitó a bendecir el pueblo desde el barco que lo trajo y se lo llevó en seguida, originó una expectativa irreal y artificiosa. El narrador habla en primera persona y dice haber sido contemporáneo y vecino de los personajes que menciona. En el libro autobiográfico «Vivir para contarla», publicado once años después, García Márquez menciona nombres y hechos que ya aparecen en este relato, por lo que sospecho que debe referirse a un caso real. La trama está contada en un estilo franco y directo impregnado de interpretaciones de sueños, premoniciones y supersticiones.